¿Es posible unir deporte y empresa?
Hoy en día, en la era de la digitalización se realizan incontables operaciones e intercambios comerciales entre empresas en los que solo intervienen números, códigos, correos electrónicos y las personas están desvinculadas de los procesos o en algunos casos, la relación entre dos empresas es solo “digital”.
En otro orden, se crean clúster, se organizan redes profesionales, se organizan encuentros comerciales, pero en todos ellos el ámbito está restringido en la mayor parte de las ocasiones a cuestiones meramente profesionales.
Si tu empresa ACEPTA EL DESAFIO va a conocer otro foro totalmente distinto a los habituales en los que se relacionan las empresas. Para empezar, en una actividad se pueden conocer personas de distintas secciones y departamentos que en condiciones normales nunca van a llegar a interactuar porque no están en sus líneas de comunicación diarias. La competición nos iguala además a todos y hace que conozcamos a otros participantes en una actividad compartida y que saca el lado personal, fomentando en muchos casos crear vínculos que siguen después del torneo.
Al ser un fenómeno totalmente transversal, una competición de empresas permite conocer otros sectores con los cuales puedan darse sinergias, establecer contactos con agentes con los que por tamaño o falta de conocimiento puede ser interesante relacionarse y sobre todo, sirve para poner en valor la marca de la empresa porque proyecta la imagen de la preocupación del empresario por el bienestar de sus trabajadores.
En una sociedad globalizada, poner cara a las personas es un valor intangible para las empresas y permite saltar de la pantalla a la vida real, ayudando a que el tiempo que se ha pasado en una competición con otras personas, se pueda llegar a prolongar en una futura relación comercial.